La evolución biológica es el
conjunto de transformaciones o cambios a través del tiempo que ha originado la
diversidad de formas de vida que existen sobre la Tierra a partir de un
antepasado común.
Una de las ideas más románticas
contenidas en la evolución de la vida es que dos organismos vivos cualesquiera,
por diferentes que sean, comparten un antecesor común en algún momento del
pasado. Nosotros y cualquier chimpancé actual compartimos un antepasado hace
algo así como 5 millones años. También tenemos un antecesor común con
cualquiera de las bacterias hoy existentes, aunque el tiempo a este antecesor
se remonte en este caso a más de 3000 millones de años.
Actualmente, la teoría de la
evolución combina las propuestas de Darwin y Wallace con las leyes de Mendel y
otros avances posteriores en la genética, por eso se la denomina síntesis
moderna o «teoría sintética». Según esta teoría, la evolución se define como un
cambio en la frecuencia de los alelos de una población a lo largo de las
generaciones. Este cambio puede ser causado por diferentes mecanismos, tales
como la selección natural, la deriva genética, la mutación y la migración o
flujo genético.
La evolución como una propiedad
inherente a los seres vivos, actualmente no es materia de debate entre la
comunidad científica relacionada con su estudio. Los mecanismos que explican la
transformación y diversificación de las especies, en cambio, se hallan todavía
bajo intensa investigación científica.
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